Sobre Teclado en Llamas

Teclado en Llamas (traducido al inglés "Keyboard on Fire") es una metáfora que se refiere a un teclado que echa humo, que está en llamas de lo veloz que va y lo mucho que se usa.
Ese teclado es la herramienta de un escritor prolífico (tal vez un redactor que escribe muchos artículos). Ha encontrado algo que le gusta, y cuando escribe lo hace con mucha pasión. Siente esa inspiración, ese fuego interior, ese furor... y «los dedos se le mueven solos por el teclado», está on fire.
Esto también se conoce como estado de flow, y si alguna vez lo has sentido mientras escribías, aquí te sentirás como en casa. Te ganes o no la vida con esto, tienes la esencia de un buen escritor, te gusta lo que haces y eso ya es mucho. Posiblemente, seas un redactor de pluma blanca. Eso lo dejo a tu criterio.
Has identificado lo que te gusta y tienes todo lo necesario. Lo único que te falta es aprender a hacerlo bien.
¿Sobre qué va este proyecto?
A pesar de lo que parece, el trabajo creativo del redactor profesional es jodido, no hay atajos que valgan. Para llegar al punto en el que puedes vivir de escribir tendrás que esforzarte, esto es así y quien te diga lo contrario te estará mintiendo.
La buena noticia es que si tienes un mapa que te indique el camino y te oriente, sabrás cómo es el camino que tienes por delante, y se te hará mucho más ameno.
Si tienes un mínimo de talento escribiendo, verás cómo vale la pena.

Nick Gutiérrez: Mi historia como escritor/redactor
Yo soy Nick Gutiérrez, fundador de Teclado en Llamas. Nací en 1989 y vivir de escribir es el trabajo de mi vida.
He creado este proyecto porque sé lo que es empezar de cero en esto: A mí me parecía que era imposible vivir de la redacción, y en parte así era.
Desde muy pequeño, siempre me encantó la sensación de crear contenidos solo con pulsar unas cuantas teclas. Me parecía algo mágico y me fascinaba, pero, como muchos críos de mi generación, estaba sobre-estimulado y me aburría con facilidad de las cosas.
Desde los 12 años empecé con diferentes proyectos, tomándomelo como un hobby. No podía evitar hacerlo, me atraía (y me atrae) de una manera diferente a todo lo demás.
A pesar de esto, creía que vivir de escribir era un sueño. Seguramente como tú, me había tragado un montón de películas donde los escritores eran pintados como auténticos genios a los que la musa visitaba y que gracias a un arranque de creatividad se hacían ricos con sus novelas. Me sentía poco identificado con ellos, la verdad, tal vez porque lo que yo he escrito siempre es divulgación científica.
¡Qué equivocado estaba!
A pesar de que mi trabajo era de buena calidad y no paraba de mejorar (aunque yo no era consciente), no conseguía encargos decentes (ni sabía que existieran). Mi sueño siempre ha sido "vivir de internet", y probé muchas mierdas, pero nunca me lancé de verdad a por lo mío.
Mientras probaba con diferentes proyectos sin ánimo de lucro, me dediqué a estudiar cosas que me interesaban, como la psicología o la etología. Hasta saqué un mini-libro relacionado con algunos de mis trabajos. Como te imaginarás, no he acabado trabajando de nada de eso.
Siempre había querido ser escritor. De hecho, siempre que alguien me preguntaba qué quería hacer si no dependiera del dinero, lo que salía en mi cabeza menos de un segundo después era "vivir de escribir". Era casi algo automático, pero lo desechaba como quien desea "ser rico" o "que me toque la lotería". Seguro que es lo que todo el mundo quiere, pensaba a veces.
La realidad es que por aquel entonces tenía una mentalidad muy distinta a la de ahora. Me faltaba foco, y tal vez si me lo hubiera tomado más en serio, hubiera funcionado. Ahora que he leído varias biografías de otros escritores, lo tengo bastante claro.
Si hubiera habido alguien que me orientase, mi historia habría sido diferente.
Pero espera, que aún no ha terminado la historia.
Mi transformación
Durante los años posteriores pasé por cosas muy duras que me cambiaron para siempre, para mejor. Crecí mucho como persona, mi mentalidad era diferente.
Seguí trabajando en los clásicos curros de mierda, donde tu salud mental pende de un hilo y lo que hagan los demás te condiciona para ser feliz. Tuve trabajos que te chupan el alma, y alguno más agradable, pero en el que no encajaba. De hecho, yo no encajaba en ningún lugar.
Yo no quería ese tipo de vida. La verdad es que no podía soportarlo.
Estaba en un agujero sin salida, rodeado de mierda. Tenía que empezar a escarbar con los dedos para salir por el otro lado.
Mi situación económica y la desesperación por no encontrar un trabajo digno me hicieron meterme de lleno en el mundo del SEO. Piqué en la clásica promesa de un vendehúmos, y justo en sus comunidades surgió un posible trabajo de redacción SEO con una agencia, y dije, ¿por qué no?
Si quería probar a ganarme la vida en internet, o escribiendo, esta era mi última oportunidad. Me dije a mí mismo que esta era la prueba de fuego, y si no funcionaba dejaría este sueño para siempre.
Por eso, esta vez me lo tomé en serio. Trabajé de lunes a domingo todas las horas que podía. Fueron meses duros, pero llenos de ilusión y ganas de vivir.
Tenía la ventaja de poseer experiencia previa escribiendo. Sin embargo, aún no sabía nada de ser freelance, o de hacer negocios. Empecé a descubrir y probar estrategias... fracasé varias veces... y me bastó con tener éxito una sola vez.
Así es como más se aprende.
Lo que más me ayudó es que era conseguirlo o morir en el intento. Iba a por todas.
Hoy en día, haciendo las cosas bien, gano cada mes más dinero del que he ganado en ningún otro trabajo y sigo teniendo tiempo libre para dedicarles a otros proyectos, como este.
Algún día viviré de mis propios proyectos y libros, pero mientras tanto tengo una vida más que cómoda como redactor freelance.
Me siento realizado, sé que hay mercado para todos, y quiero que esto te pase a ti también. Tal vez monetice en algún momento este proyecto, pero no tengo miedo de compartir lo que sé, porque quiero que más personas cumplan un sueño así.
No puedo evitar divulgar, soy así. En mi tiempo libre estoy en varias comunidades de redactores, y siempre estoy ayudando a los demás en todo lo que puedo. Para enseñar aún a mucha más gente, he visto importante crear un proyecto como este, en el que también me gustaría ayudar a formar a los mejores redactores de nuestra generación, ¿serás tú uno de ellos?
Te espera un duro comienzo, pero si estás dispuesto a darlo todo no habrá quien te pare.
La misión de Teclado en Llamas
A estas alturas del texto, ya es evidente qué misión tiene Teclado en Llamas: Darte las herramientas necesarias para que tengas éxito como redactor profesional o freelance, o como escritor.
No importa si vives en el primer, segundo o tercer mundo. Lo puedes conseguir. He ayudado tanto a personas de España como de Venezuela a estar cada día más cerca de cumplir su sueño.
El prejuicio de que «vivir de escribir suena muy bien, pero es imposible» lo hemos tenido todos en algún momento. Tomándotelo en serio e informándote bien es cómo lo conseguirás. Luego, solo te quedará insistir en tu sueño.
La visión de Teclado en Llamas
La razón de la existencia de esta iniciativa, y el cómo Teclado en Llamas podría cambiar el mundo de la redacción es una: El futuro del conocimiento y la calidad de la divulgación.
Alguien que conoce cómo es el panorama de contenidos online, sabe que actualmente nos queda mucho por mejorar. No voy a entrar en la clásica crítica a los medios y las fake news, sino algo que afecta aún más a toda la sociedad a largo plazo.
Es otro tema que está escondido a simple vista. Muchos SEO aún caen en la tentación de crear contenidos de baja calidad y refritos para tratar de posicionar, por no hablar de textos automáticos, spineados o creados con inteligencia artificial.
Esto se hace y se hará, sobre todo, en las webs más famosas y con mucho tráfico, donde ya no interesa invertir en información de calidad, donde la información se ha convertido en un negocio masivo del que solo importan los números.
Algunos SEOs incautos lo imitan creyendo que han encontrado el camino fácil. Esto solo nos hace daño como sociedad, y por supuesto no funciona a largo plazo (al menos no en webs nuevas y que no tienen autoridad).
Tarde o temprano, todas esas webs masivas acabarán cayendo por su propio peso, pero quizás cuando lo hagan ya sea demasiado tarde.
¿Qué será del futuro de la gran masa de contenido que publicamos en español cada día?
Piénsalo. Cada vez que cualquiera busca algo por internet, lee las primeras posiciones. Esas primeras posiciones no tienen por qué ser contenidos contrastados ni bien escritos para haber llegado hasta allí, y ahí tenemos un problema muy grave, sobre todo cuando estamos hablando de temas delicados.
Por suerte, Google y otros buscadores son conscientes de esto, y cada vez detectan mejor el contenido de calidad. Sin embargo, también es nuestra responsabilidad como creadores de contenido hacerle la vida más fácil.
Al final, la mala información hace que no podamos fiarnos siempre del buscador para resolver nuestras dudas, algo que es evitable.
Por supuesto, esto no lo podemos cambiar dos o tres personas. El conocimiento que circula por internet, que escriben cada día millones de redactores y que luego leen y leerán nuestros hijos, familiares y amigos, es responsabilidad de todos. Internet es algo muy grande, y con cada artículo de baja calidad su credibilidad se reduce.
Las palabras pueden hacer mucho más daño del que parece. Si están mal escritas, hacen la lectura más lenta e incluso imposible de entender, dificultando la vida de los demás, haciéndoles perder el tiempo, o peor: provocando que entiendan cosas equivocadas. Por no hablar ya de aquellos que directamente se inventan o malinterpretan la información.
Estar mal informados puede afectarnos en todos los aspectos de la vida, desde la salud física o mental hasta en la toma de decisiones importantes, que podrían arruinar nuestras vidas.
Estos factores no solo son importantes para la experiencia de un lector, también lo es para el SEO. Si no redactas contenido de calidad, tus textos acabarán penalizados por Google, ya sea por faltas de ortografía, dudosa calidad de información o fuentes poco fiables. Eso lo podemos evitar reeducando a los redactores actuales y futuros, pero solo con mucho esfuerzo.
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¡Dicho todo esto, tenemos en mente muchas más cosas, que irán llegando con el tiempo y sumarán mucha más calidad a este proyecto!
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